¿Qué es el ácido hialurónico y cuáles son sus propiedades?
Se trata de una molécula de constitución natural que nuestro cuerpo posee en la piel, los ojos y las articulaciones. El ácido hialurónico contiene cadenas de carbohidratos complejos, y deriva de la unión de aminoazúcares y ácidos urónicos. Su función principal es la de retener agua, punto que asiste a la hora de mantener los tejidos con volumen e hidratados. A medida que el tiempo avanza, la producción natural de ácido hialurónico en los pómulos disminuye, instancia que provoca una piel más seca, junto con la aparición de arrugas y la consiguiente pérdida de elasticidad.
Considerando este punto, su empleo, sobre todo enfocado en medicina estética y en los elementos aplicados a cosmética, ha crecido exponencialmente en los últimos años. Algunos de los productos relacionados que derivan en la utilización de este componente natural son cremas, sueros e inyecciones para rellenar espacios del rostro que lo necesiten. La diferencia que lo instala como un elemento de especial demanda se encuentra en la lista de los 10 beneficios del ácido hialurónico que aporta a los cuidados buscados y que lo convierten en un aliado específico para el cuidado de la piel.
Formas de aplicación y propiedades
La utilización de ácido hialurónico puede diferir en su foco dependiendo de la necesidad específica del paciente. Existen productos tópicos como sueros o cremas que cumplen con la hidratación de la piel de manera superficial. Sin embargo, el uso más eficaz al que refiere esta molécula natural es el de las inyecciones, a partir de la instancia que significa la obtención de resultados concretos e inmediatos en su rol de beneficios del ácido hialurónico considerando que se aplica directamente en las zonas que precisan tanto volumen como hidratación. Esta clase de aplicaciones suelen efectuarse en áreas sensibles del rostro, tal como contamos anteriormente, y su finalidad primordial es trabajar sobre las líneas de expresión.
Justamente una de las propiedades del ácido hialurónico es su capacidad para retener hasta 1000 veces su peso en agua, detalle que asegura un proceso de hidratación de carácter duradero. En paralelo, al tratarse de una sustancia producida por nuestro cuerpo de forma natural, su utilización es segura y bien tolerada por el cuerpo, en su rol de agente direccionado en pos de un tratamiento específico.
¿Dónde se pueden aplicar los tratamientos con ácido hialurónico?
El elemento definido por la constitución y la aplicación de ácido hialurónico para los tratamientos de carácter estético puede considerarse en su aplicación en diversas partes del cuerpo. Sin embargo, el rostro es la zona particular en que su uso es más recomendable, con la intención de devolverles el volumen perdido y la redefinición de los contornos faciales. También es práctico su utilización en los labios para mejorar su forma o aumentar su tamaño.
Otro de los usos frecuentes se potencia en el trabajo en la zona de las líneas de expresión, tales como las arrugas nasolabiales (comúnmente conocidas como patas de gallo) y las líneas de entrecejo; y como último y más reciente descubrimiento, se sabe hoy que las aplicaciones del ácido hialurónico pueden resultar útil para la hidratación de zonas de la piel que, aunque no den señales de arrugas de profundidad notoria, necesite de reacondicionamiento de su textura y apariencia general.
Considerando el aporte que constituye la aplicación de ácido hialurónico, entre los que se encuentran la mejora de la apariencia de la piel, se define esta instancia por la suma de volumen, hidratación y elasticidad y el posterior rejuvenecimiento del rostro en modo no invasivo para aquellas personas interesadas en un tratamiento efectivo y práctico.
Dado que se trata de un elemento de constitución natural que resulta en una mejora sustancial de la piel, contribuye a la salud general del cutis, a la vez que previene a la sequedad extrema y protege la barrera natural de la piel contra los elementos externos que la afectan de manera ocasional. En formas de tratamiento más avanzados, su utilización resulta también en la mejora del aspecto de cicatrices, teniendo en cuenta que favorece la regeneración celular.
¿El ácido hialurónico encapsulado se reabsorbe?
Una de las consideraciones más comunes de las que se desprende una consulta de interés es si el ácido hialurónico se absorbe una vez aplicado. Las consideraciones relacionadas a este punto indican un punto afirmativo, pero en paralelo eso depende de la clase de tratamiento a practicar. Los productos tópicos tales como cremas o sueros se absorben en la zona de las capas superficiales de la piel, en tanto las inyecciones del mismo fundamento intervienen más profundamente y los efectos derivados se descubren de manera inmediata.
Así es que este elemento se encapsula y se reabsorbe lentamente en el cuerpo, detalle que habilita que los resultados de las inyecciones duren aproximadamente entre 6 y 18 meses, según sea el área a tratar y el tipo de producto utilizado para ese fin. También en reconocer como una de las ventajas del compuesto que, a partir de su condición de biodegradable, no deja residuos en el organismo.
¿Cómo se reabsorbe el ácido hialurónico en el cuerpo?
Además de estas propiedades en función de la capacidad de encapsulado y reabsorción del ácido hialurónico es relevante señalar que este proceso depende de la fisiología individual y del tipo de tratamiento recomendado por el profesional. Una vez aplicado, ya sea por contacto tópico o por medio de inyecciones, el ácido hialurónico se integra en los tejidos y comienza a interactuar con las moléculas de agua presentes en la piel. En esta última opción el efecto resulta más profundo teniendo en cuenta que se ubica estratégicamente en zonas delimitadas con claridad, espacios en los que la piel requiere mayor volumen de hidratación.
¿Por qué elegir el ácido hialurónico como tratamiento estético?
Definirse por el uso de ácido hialurónico a la hora de tomar la mejor opción de tratamientos estéticos cuenta con múltiples ventajas. En primera instancia se trata de una alternativa mucho menos invasiva frente a otro tipo de procedimientos como, por ejemplo, las cirugías plásticas. Su intervención y aplicación es rápida y los resultados se observan casi de manera inmediata, punto que la convierte en la chance ideal para quienes buscan mejoras estéticas sin largos espacio de posteriores tiempos de recuperación.
A medida que el proceso tiene lugar, las enzimas naturales del cuerpo comienzan a descomponerse, y pese a que el proceso diferenciado de reabsorción puede resultar en un número variable, lo habitual es que los resultados se mantengan durante meses, con efecto final natural sin acumulación de residuos.
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